Los desafíos de un director que transformó el currículum de su liceo para sintonizar con las necesidades de sus alumnos
Cuando uno conoce la comunidad educativa de San Nicolás se impresiona de lo conectados que están con las necesidades de sus estudiantes. En total, 3.500 niños componen la matrícula de esta comuna rural ubicada en la región de Ñuble, que cuenta con seis escuelas básicas y dos liceos.
Con un alto porcentaje de vulnerabilidad escolar, directores y autoridades locales lograron implementar un modelo pedagógico centrado en las necesidades de sus alumnos.
Así es como hoy a nivel comunal cuentan con dos liceos Bicentenarios de Excelencia, logrando disminuir el abandono escolar y formar ciudadanos del siglo XXI.
Uno de los líderes del cambio en la educación en esa comuna es Javier Palma, director del Liceo Puente Ñuble– uno de los establecimientos galardonados con el distintivo de la excelencia- que asumió en 2015 y transformó la manera en que sus alumnos aprenden.

Desde tu experiencia, ¿Cuál ha sido el desafío más grande de ser director en una escuela pública?
Todo colegio debe cumplir ciertos factores como el liderazgo pedagógico, especialmente en colegios vulnerables. Según estudios, casi el 70% descansa en el liderazgo del equipo directivo. Otros factores son la capacidad del trabajo en equipo y contar con un modelo educativo productivo que te permita una dirección técnica y científica del proceso enseñanza-aprendizaje.
El mayor desafío fue construir un modelo pedagógico que responda a las necesidades del establecimiento. Nuestro liceo tiene un 27% de vulnerabilidad y el 30% de la matrícula ha estado intervenida por organismos como el Sistema de Protección Integral a la Infancia. Cuando asumí en 2015 como director, había mucha fuga de matrícula, entonces los desafíos eran abismantes
Los cambios se empezaron a notar rápido. En el 2015 teníamos 278 estudiantes y ahora más de 500. Teníamos un promedio Simce en torno a los 237 puntos y ahora cercano a los 270. La continuidad en educación superior bordeaba el 15%, mientras que ahora sobrepasa el 85%.
¿Cuáles fueron algunos de los cambios del modelo pedagógico?
Comenzamos a trabajar en red con los organismos de protección de la infancia. Nos enfocamos en entender cómo funciona el Programas de Prevención Focalizada (PPE) y ese aprendizaje lo transmitimos directamente a los hogares, entregándoles pautas de crianza para no vulnerar los derechos de los niños.
También aumentamos las horas de Arte, Educación Física y Música. Nos llenamos de talleres extraescolares y construimos nuestro propio currículum. Así los estudiantes pudieron escoger aquello que realmente le llamaba la atención. Los talleres desarrollaron la inteligencia múltiple y potenciaron mucho los talentos. Eso mejoró la autoestima y la convivencia escolar.
¿Cuál ha sido el aporte de participar en IdeoDigital?
Vino a fortalecer el modelo educativo, porque dentro del proyecto educativo está declarada la necesidad de digitalizar los procesos de aprendizaje e instalar el pensamiento computacional. Bajo esa lógica, la asignatura de Tecnología ya se estaba direccionando para esa área, pero nos faltaban aliados para concretarlo. IdeoDigital llegó con esta instalación de contenidos desde 1ero hasta 6º básico, jugando un rol bien importante.
¿Por qué es tan importante instalar las Ciencias de la Computación en el currículum escolar?
El modelo educativo aspira a instalar estas competencias en los estudiantes para que sean emprendedores e innovadores. Y ese emprendimiento e innovación está relacionado con las competencias tecnológicas. El pensamiento computacional genera aprendizajes transversales que les permitirán, a los estudiantes, tener un mayor éxito en sus vidas personales, académicas y profesionales.
Hemos creado talleres de robótica y tenemos una asignatura llamada Introducción a la Programación. Ahora nos aprobaron una nueva carrera de programación. Actualmente tenemos un circuito en Ciencias de la Computación desde kínder hasta 4º medio.
El cambio en el modelo pedagógico permitió que los estudiantes pudieran escoger aquello que les motivara y para lo que eran buenos. Eso mejoró la autoestima de los alumnos y potenció sus talentos.